Gamberros unidos - Calderete

Para hablar de este grupo donostiarra, hay que citarlo como proyecto paralelo y de diversión a Speed, grupo punk. Cuyo cantante era capaz de salir en TVE cantando vestido de torero, montera incluida. Una rareza, ya que por lo general los grupos vascos con mensaje social estaban vetados, salvo Eskorbuto.

El caso es que a los Speed acompañaron los amigos de la cuadrilla para hacer una especie de Inhumanos a la vasca, pero sin la voz desagradable del cantante, cantando a coro en plan gamberro, ya lo indican en el nombre, como si pasearan de juerga por las calles del pueblo. 

La portada del disco recuerda estéticamente a la de La Polla Records con Revolución, de 1985. Ignoro si es del mismo autor.

La canción es cuestión es una repetición de la palabra calderete y corearla. ¿Qué coreaban? ¿Algún sabroso guiso o pincho presentado en una tartera de barro? El caso es que el inefable Gran Wyoming ya estaba dando mal por aquel entonces y la apoyó, llegando a ser canción del verano de 1986. Cuando aún se denominaba así a la canción de moda veraniega. Obteniendo una popularidad efímera no alcanzada con Speed.

Recuerdo que algún compañero de colegio la coreaba, por mímesis o para dárselas de mayor y que estaba enterado de algo. O tal vez porque era pegadiza.

En su aparición televisiva se ve a gente haciendo el ganso en el escenario, conscientemente y sin ganas de transcender, a diferencia de los autodenominados modernos de la Movida madrileña. Al final el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio y los que entonces llamaban despectivamente babosos son los que más han transcendido musicalmente. Principalmente porque ellos sí sabían tocar y tenían algo que decir.

La frivolidad no era un patrimonio exclusivo de los modernos. Si había que provocar escándalo y atreverse, se salía con una caperuza que recordaba a las de ETA y vestido con lo que me recuerda al Alarde de Irún. Contrastando con los clásicos disfraces y máscaras de carnaval. Una época en la que todo valía y cosas como esta se tomaban en su justa medida por la mayoría de la gente. Pero había quien en aquel momento se tomaba el asunto de una manera más seria. Para la próxima ochentada.